Cómo debería enseñarse el kihon, la kata y el kumite en el karate para la defensa personal

 




Como dijera el sensei Patrick McCarthy en la publicación anterior (“El Kihon, Kata, Kumite son deficientes para enseñar defensa personal”: Patrick McCarthy (karatesapiens.blogspot.com), existe una desconexión entre los llamados "tres pilares" del karate actual: Kihon (ejercicios básicos), Kata (formas) y Kumite (combate deportivo), también llamados “Las 3 Ks”.

La mayoría de los dojos actuales las enseñan como disciplinas independientes, casi separadas.
Generalmente el kihon poco o nada tiene que ver con las katas. Y el kumite casi nada tiene que ver con el kihon y las katas: Lo que se aprende en una de las “Ks” no se aplica necesariamente en las demás, o se aplica muy poco como para ser significativo.

La imagen de esta publicación ilustra esta situación con 3 círculos separados, cada uno de los cuales representa una de “Las 3 Ks” dentro de un círculo mayor que representa al karate.

Irónicamente esta es culpa del énfasis excesivo que se le ha dado a los torneos deportivos de karate, donde los que se enfocan en kumite entrenan principalmente para aprender a anotar puntos, no para defenderse.

Quienes entrenan kata las practican incesantemente para conseguir una perfección que les reditúe aplausos, trofeos o para aprobar exámenes, pero casi nunca aplican esos movimientos en el combate.
Algo similar ocurre con el Kihon: se repite constantemente buscando la perfección técnica, según porque es “lo correcto”.

Pero creemos que puede haber una opción mejor.

Como lo muestra la imagen, creemos que el kihon DEBE provenir de la kata.

No necesitamos inventar ejercicios de kihon, que terminan siendo repetitivos año tras año: podemos “desmenuzar” las katas existentes en secuencias de 3 o 4 movimientos y crear kihons de allí.

De hecho es lo que la palabra “bunkai” significa originalmente: desmenuzar, analizar, diseccionar.
Tras practicarse ese kihon (sacado de las katas), se puede aplicar con un compañero en vivo, en el kumite, enfocado en la defensa personal (no en lo deportivo), explorando todas las posibilidades de los movimientos sacados directamente de la kata.

Al hacer esto, cada kata pudiera actuar como nuestro plan de estudios, una especie de “libro” que contiene varias “lecciones” dignas de ser analizadas y estudiadas en cada escenario que se nos ocurra.

Estamos seguros de que si desmenuzamos así cualquier kata (aun las más “básicas” para “principiantes”), tendremos material para practicar en kihon y kumite para varios meses o incluso años de estudio, si las practicamos en varios escenarios distintos (a la derecha, a la izquierda, hacia enfrente, hacia atrás, contra una persona, contra dos, contra alguien armado, en orden, en desorden, etc.)
Una vez que se exhauste el estudio de las posibilidades de todos los movimientos de una kata, podemos continuar con la siguiente kata y aplicar el mismo procedimiento.

Para los exámenes de grado, quizá se pueda pedir al estudiante que practique y analice y aplique la kata que le corresponda, y que incluso ofrezca sus propias interpretaciones.

Claro, si hay quienes quieren enfocarse en el karate o la kata para deportes, deben tener la libertad de seguir haciéndolo como hasta ahora. Cada persona es distinta.

Pero también debe existir la opción de enfocarse en el kumite tradicional para la defensa personal. Y para eso se puede usar el kihon sacado directamente de las katas.

Las katas son una inmensa biblioteca de conocimiento marcial que están ahí, listas para ESTUDIARSE.

El practicarlas incesantemente sin analizarse es como leer un libro de corrido sin entenderlo.

Los karatekas generalmente repiten una frase que dice: “La kata es el alma del karate”.

La repiten, pero no siempre la creen.

Nosotros creemos que la kata sí es el alma del karate, pero también del kihon y del kumite.

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