Los mitos de la historia del karate

 



“El karate es Bushido”... “Nuestro estilo es el más auténtico y puro y tradicional”... “El karate es un arte milenario, creado por aldeanos desarmados para defenderse contra los samurais que invadieron Okinawa”... “Yo sí conozco las auténticas y verdaderas aplicaciones de esta kata o técnica”...


Etcétera y etcétera...


Hay que admitirlo: Todos hemos creído esos mitos del karate en algún momento.


Y de hecho, más de uno los siguen creyendo y repitiendo.


Desafortunadamente, esta información popularizada por revistas y libros de artes marciales en los 1970s y 1980s, no tenía bases. Era incompleta o inexacta y, a veces, incluso hasta falsa.


Pero a partir de los 1990s se comenzó a tomar más en serio la investigación y el estudio de la historia de las artes marciales.


Con la llegada del Internet, este intercambio de información se aceleró, y hasta hoy.


Claro, hay mucho que todavía no sabemos.


Pero hay mucha otra información que ya podemos decir con cierta certeza que conocemos, y otra que podemos afirmar que son simples mitos.


Por ejemplo, sabemos que el karate no lo crearon aldeanos desarmados de Okinawa para luchar contra la opresión de los Samurais.


¿Cómo hubieran podido hacerlo, si los aldeanos trabajaban de sol a sol en el campo? Estaban más ocupados intentando sobrevivir, por lo que ni tiempo tenían para entenar artes marciales.


Y aun si lo hubieran hecho, esto comprobaría que el karate no sirvió para nada, pues los Samurais de todas maneras invadieron y conquistaron Okinawa por siglos sin que nadie los molestara, y hasta acabaron anexándola completamente como parte de su imperio.


En cambio, quienes desarrollaron el karate fueron las clases acomodadas, los funcionarios allegados al rey de Okinawa, o los mercaderes ricos.


El karate tampoco es milenario. Sus antecedentes si acaso a duras penas llegan a unos 2 ó 3 siglos.


El Bushido, o código de honor de los Samurai, nada tiene qué ver con el origen del karate.


Los Samurais originales nunca siguieron el Bushido simplemente porque ni siquiera lo conocieron.


De hecho, el Bushido es un invento literario, creado en 1900 en un libro del escritor japonés Nitobe Inazo, escrito... ¡en Estados Unidos!


El susodicho libro, titulado “Bushido: El Alma de Japón”, fue originalmente publicado... ¡en inglés! No fue sino hasta años después que se tradujo al japonés, y fue destrozado por los propios intelectuales japoneses, quienes criticaron a Inazo por fantasear e inventar mitos que nunca existieron en el Japón histórico.


Y el karate nació mucho antes que esto, y ya tenía un código de ética y de conducta propios, pero no era el Bushido. De hecho, al karate le agregaron el Bushido casi a la fuerza durante los 1920s, para que ayudara a la agenda militar y política del gobierno imperial japonés de cara a la Segunda Guerra Mundial. Pero esa es otra historia.


Otro mito: que hay quienes practican “auténtico” y “puro” karate “tradicional”. Esto es completamente falso.


El karate nunca fue “puro”, al contrario: nació como una mezcla caótica de técnicas de estilos de lucha de Okinawa, que se fusionó con varios estilos distintos de pelea china, japonesa y hasta probablemente tailandesa.


Esta mezcla de técnicas continuó hasta los 1930s y 1940s.


O sea el karate es un arte mestizo, mezclado, combinado, revuelto, híbrido, y hasta bastardo... ¡Y qué bueno! Los okinawenses ya practicaban el “Arte Marcial Mixto” original, siglos antes de que nacieran los famosos Gracie y su UFC.


Otra mentira más: Que hay quienes “conocen” las “verdaderas” y“auténticas” aplicaciones de las técnicas del karate o de las katas.


Muchos senseis repiten esto a sus alumnos, e incluso lo creen ellos mismos sinceramente. Pero nada es más falso que esto.


Los únicos que sabían las auténticas y verdaderas aplicaciones fueron los propios creadores de las katas, pero éstos murieron hace más de un siglo.


Y aun si hubieran enseñado sus aplicaciones a alguien, la mayoría de las katas actuales fueron cambiadas por los maestros de Okinawa a principios del siglo 20 en un esfuerzo por popularizar el karate entre los niños de las escuelas públicas y darle respetabilidad como un arte macial "civilizado".


Sus alumnos y los alumnos de estos simplemente estamos especulando o inventando aplicaciones.


Esto no tiene nada de malo, al contrario: hace al karate un arte adaptable, “open source” que cualquier persona puede usar y aprovechar.


Y así, por el estilo.


Sí, ya sé que muchas cabezas de karatekas “tradicionales” van a estallar al leer esto.


Pero como dice el refrán: “La verdad no peca, pero incomoda...” 🤷

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