¿De verdad es tan difícil inculcar valores en la enseñanza de artes marciales?

 ¿De verdad es tan difícil inculcar valores en la enseñanza de artes marciales?

Los ejemplos que hemos visto de actos violentos de practicantes de artes marciales mixtas (MMA en inglés) y hasta algunas tradicionales son un síntoma, no la causa del problema.

La culpa no es de las artes marciales (mixtas o no) sino de quien las enseña.

Entendemos que generalmente el entrenamiento de las MMA y deportes de combate se enfoca en ganar, en derrotar al oponente, en aumentar la fuerza, la velocidad, e incluso la agresividad, etc.

Pero, ¿de verdad no hay tiempo para inculcar valores?

Como hemos dicho antes, no se trata de formar monjes budistas ni santos. La filosofía en las artes marciales, creemos, se incluyó precisamente como un freno, una táctica de autocontrol para evitar que las nuevas habilidades físicas de los practicantes se les suban a la cabeza.

La ética y los valores son como el seguro de las armas de fuego: evita que se disparen y dañen a alguien, incluso al propio practicante.

Algunos instructores desdeñan estas enseñanzas, porque las consideran "palabrerías".

--Aquí venimos a entrenar para pelear, no a hablar-- se justifican.

Pero por esto vemos casos de artistas marciales mixtos en problemas legales o hasta en la cárcel por golpear a todo quien se le ponga enfrente, incluso a cónyuges, familiares y hasta extraños. Algunos terminan hospitalizados o incluso muertos.

Otros instructores usan la excusa de la "falta de tiempo": --Hay tanto qué entrenar, ¿quién tiene tiempo para hablar?

Algunos más dicen que no saben del tema, que lo de ellos es luchar, que no son filósofos ni psicólogos, que los valores se forman en la familia, no en el dojo o gimnasio, etc.

Incorrecto. No se trata de impartir seminarios de filosofía ni terapias (ya hemos dicho que los senseis no son psiquiatras), sino de tratar de incular en la mente de los alumnos, sobre todo niños y jóvenes, reglas de etiqueta básicas para la convivencia en sociedad.

Se pueden dedicar cinco o diez minutos tras la clase, antes de que todo mundo se vaya, a repetir consejos básicos.

Algunos ejemplos:

■ Recuerden que lo que entrenamos aquí es para defensa personal, no para buscar pleitos en la calle.

■ Las artes marciales no te dan súperpoderes, aún eres un ser humano, aún te pueden lastimar, o hasta matar.

■ No hay nada garantizado. Siempre puede haber alguien más fuerte o mejor que tú.

■ La mejor defensa es evitar la pelea.

■ Pelear debe ser el último recurso.

■ Las artes marciales son para protegerte a ti y a tu familia, no para dañar a las familias de otros.

Etcétera. Podemos agregar, cambiar o eliminar estas frases, según cada caso, pero esa es la idea general.

No se trata de que los alumnos repitan las frases como loros sin entender su significado, sino de verdaderamente entenderlas y aplicarlas.

Para esto, el instructor debe imponerse. Quizá advertir que quien no acate esas reglas será sancionado, o incluso expulsado. O quizá se le revocará su grado o cinturón, etc.

La ética y los valores se tienen que aprender, asimilar, y practicar repetidamente todos los días, no nacen espontáneamente.

Exactamente igual que las habilidades físicas. 🙇‍♂️

(6 de agosto de 2023)

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