¿Sensei... o cacique?
¿Eres un auténtico instructor de artes marciales?
¿O un dictador?
¿Sensei... o cacique?
¿Exiges a tus alumnos hacer entrenamientos que tú no quieres (o quizá ni siquiera puedes) hacer?
¿O los haces hombro con hombro, sudando igual que todos?
No son pocas las veces que hemos visto esos llamados “Senseis” exigiendo a sus alumnos 100, 200, 300 sentadillas o abdominales, una y otra vez, como sargentos...
...mientras ellos mismos se la pasan sentados en una esquina, o dando vueltas por el dojo, supuestamente “supervisando”.
Algunos se quieren ver “duros” y se atreven a golpear a los alumnos con las varas japonesas llamadas “Shinai”, para exigirles lo que ni siquiera ellos pueden hacer.
A veces hasta hemos visto algunos instructores que se la pasan chateando en el teléfono mientras gritan instrucciones.
Ah, pero eso sí, no dejan de gritar: “¡Vamos! ¡Otra vez, más duro, más rápido!”, sin siquiera sudar el karategi.
¡Qué diferencia de los senseis auténticamente tradicionales que conocimos!
Uno de nuestros primeros senseis era japonés, y nos exigía un entrenamiento muy duro.
Durísimo.
Cuando estábamos al punto del desmayo, y pensábamos: “¡Ya no podemos continuar, es imposible, vamos a detenernos!”, entonces mirábamos al sensei.
Él, un hombre de unos 60 años, sudaba la gota gorda, batallando igual --o más-- que nosotros, que no llegábamos ni a los 20 años.
Pero el Sensei continuaba. “¡Vamos, una vez más, podemos hacerlo!” decía.
Entonces algo se encendía dentro de nosotros: “Si el sensei, que es un viejo de 60 años, puede” pensábamos, “¿por qué nosotros no?”
Y redoblábamos esfuerzos.
Por supuesto, a veces el Sensei tenía que salir. O tenía que hablar con algún visitante, o tenía alguna emergencia y no podía continuar el entrenamiento que él mismo imponía.
Esto pasa, claro. Pero eran las excepciones, no la regla.
Hoy en día, parece que es exactamente lo contrario.
Algunos “Grand Masters Tradicionales” van a salir justificándose con muchas explicaciones:
“Pero hombre, es que yo ya no soy joven”.
Como dijimos, nuestro Sensei tenía más de 60 años. Y hacía todo lo que nos exigía, y hasta más (enseñaba varias clases al día, y en todas repetía el mismo entrenamiento).
A menos que tengas entre 70 a 100 años, no tienes excusa.
Y aún si tienes esa edad, por lo menos deberías poder hacer el 70%-80%, considerando tus años
Otra excusa:
“Pero es que si hago lo mismo que todos, no voy a poder corregir a los alumnos”.
Hay cierta razón. Pero igual, si exiges 100 sentadillas, por lo menos puedes hacer 80 ó 90, y aún así poder corregir a todo mundo.
O, ¿por qué no hacer 120, para asegurárte de que no pierdes el ritmo?
Después de todo, eres el Sensei.
“Pero es que yo ya sudé, ya sufrí. Ahora les toca a los alumnos”.
Ya de entrada, si equiparas el “sudar” con “sufrir” (y esto con las artes marciales) quizá estés en el negocio equivocado.
¿Por qué mejor no haces Tai Chi, por ejemplo? (Y aún allí también postura pudieras sudar.)
En síntesis, ¿exiges o alientas?
¿Predicas con amenazas o con el ejemplo?
¿Intimidas o inspiras?🙇♂️
(19 febrero de 2021)
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