¿Eres esclavo de tu arte marcial?
¿Eres esclavo de tu arte marcial? Un sensei alguna vez confesó: “Por mi arte marcial he sacrificado todo: familia, parejas, amistades. Eso es dedicación.” La frase suena poderosa, pero también inquietante. Es cierto: la práctica de las artes marciales exige entrega, disciplina y compromiso. A veces implica renunciar a reuniones familiares o perderse eventos sociales para asistir al dojo. Y esto no es exclusivo de las artes marciales: ocurre en cualquier pasión intensa, sea música, deporte o carrera profesional. Pero… ¿dónde queda la línea entre la dedicación y la esclavitud? Vamos, hasta los peleadores profesionales, que entrenan 8 horas diarias, tienen vida fuera del ring. Cuando el arte marcial deja de ser una elección consciente y se convierte en una obligación que consume cada aspecto de la vida, ¿no estamos hablando de un desequilibrio? El sensei del ejemplo no solo mostró compromiso, sino también un sacrificio que podría interpretarse como dependencia. Las artes marci...








